Estamos en un mundo convulsionado. El lenguaje ha cambiado, las ciudades están anegadas y algunas bajo el agua. Parte de Buenos Aires es como la antigua y legendaria Atlantes, ofreciendo un paisaje fascinante y espantoso a la vez. Una concesionaria chilena organiza excursiones sub-acuáticas a los barrios 'naufragados', como la Chacarita, como el Microcentro.
La zona bancaria funciona en Belgrano en forma muy reducida. El poder ejecutivo se ha trasladado a la céntrica Córdoba, y la metrópolis porteña se ve sumida en una profunda anarquía que sacude al planeta entero. Los transportes públicos están tomados, y manejados prácticamente por población civil, las torres y edificios están saturados hasta los pasillos por gente que se ha trasladado a la fuerza, los "countries" han sido completamente desbastados en una encarnizada lucha de clases, son ahora campamentos casi circenses, pues a las lujosas casas se han añadido miles de carpas de todos los colores y tamaños; sus antiguos pobladores han tenido que renunciar a sus bienes, y compartirlos. Se respira un ambiguo aire de comunidad, en constante celo, pues ya no hay espacio sin ocupar y los objetos son de todos y de nadie, no existe ya la idea de propiedad privada.
En este contexto, el lenguaje ha encontrado un nuevo término para definir 'lucha': Luda. Y define un tipo de disputa muy particular, la que sucede en estos días entre dos tipos de espíritus corporeizados en la tierra a través de la naturaleza humana: el de tipo 'emanante', y el de tipo 'absorbente', a grandes rasgos. Uno emite energía que se mueve a través de la luz y el color, el otro necesita de esta energía y la absorbe para desarrollar otra canalización, estática y tensa, lo que lo convierte en un agujero deambulante, o vampiro de luz, ya que almacena esta energía absorbida, pero no la puede transformar en luz propia... la oscurece, la opaca y la transmite nociva mente a una dimensión horizontal, a la que los "Lúminos" (portadores de luz propia) solo pueden acceder a través de los sueños. Las dos fuerzas se debaten conmoviendo nuestro contemporáneo planeta, pues queda cada vez menos gente neutra, ante tal evidencia de oposición entre luz propia y absorción oscura.
La zona bancaria funciona en Belgrano en forma muy reducida. El poder ejecutivo se ha trasladado a la céntrica Córdoba, y la metrópolis porteña se ve sumida en una profunda anarquía que sacude al planeta entero. Los transportes públicos están tomados, y manejados prácticamente por población civil, las torres y edificios están saturados hasta los pasillos por gente que se ha trasladado a la fuerza, los "countries" han sido completamente desbastados en una encarnizada lucha de clases, son ahora campamentos casi circenses, pues a las lujosas casas se han añadido miles de carpas de todos los colores y tamaños; sus antiguos pobladores han tenido que renunciar a sus bienes, y compartirlos. Se respira un ambiguo aire de comunidad, en constante celo, pues ya no hay espacio sin ocupar y los objetos son de todos y de nadie, no existe ya la idea de propiedad privada.
En este contexto, el lenguaje ha encontrado un nuevo término para definir 'lucha': Luda. Y define un tipo de disputa muy particular, la que sucede en estos días entre dos tipos de espíritus corporeizados en la tierra a través de la naturaleza humana: el de tipo 'emanante', y el de tipo 'absorbente', a grandes rasgos. Uno emite energía que se mueve a través de la luz y el color, el otro necesita de esta energía y la absorbe para desarrollar otra canalización, estática y tensa, lo que lo convierte en un agujero deambulante, o vampiro de luz, ya que almacena esta energía absorbida, pero no la puede transformar en luz propia... la oscurece, la opaca y la transmite nociva mente a una dimensión horizontal, a la que los "Lúminos" (portadores de luz propia) solo pueden acceder a través de los sueños. Las dos fuerzas se debaten conmoviendo nuestro contemporáneo planeta, pues queda cada vez menos gente neutra, ante tal evidencia de oposición entre luz propia y absorción oscura.
1 comentario:
justo hoy iba en el bondi toque para bajar y me dejo en el medio de la avenida santa fe (y riobamba).. y cuando estaba esperando que de luz el semaforo para cruzar flashe que en no mucho tiempo va a ser todo un mas descontrol que ahora, los colectiveros calientes porque les pagan poco cruzaran en rojo, pisaran a los taxis a las gentes en la carrera frenetica de no poder dejar el trabajo pero tener el control de la maquina.. asi medio como ahora pero mas pior.. asi mas pior
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